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Foto del escritorBhikkhu Sanathavihar

Un monje explica la diferencia de la atención consciente budista y el mindfulness terapéutico

Traducido al español por Kevin Martillo Viner, Ph.D.



Como monje budista, tengo algunas dudas sobre la forma en que se entiende y utiliza la atención plena (mindfulness, en inglés) hoy día. Mi mayor preocupación es la falta de comprensión de la conciencia plena, que a menudo puede conducir al abuso de la misma. Comenzaré con una enseñanza del Buda del Anguttara Nikaya:


“Oh monjes, hay dos tipos de enfermedades: una física y otra mental. Es posible que una persona pueda pasar día, dos días, un año, diez años, cincuenta años o más, sin tener ninguna enfermedad física; pero, es raro encontrar a alguien que no padezca una enfermedad mental, aunque sea por un breve momento; excepto aquellos que ya han despertado.”


Otra conocida frase budista plantea “sabbeputtanjhana umattaka” (sah-bay-poo-tan-jah-nah oom-ah-tah-kah) – “todos los seres están locos”. Sin duda, esta declaración puede parecer bastante drástica, pero en el contexto de las enseñanzas de Buda, la frase habla de la locura de las actividades inútiles que todo el mundo hace. No obstante, el Buda también enseña que este “estado mental de locura” no tiene por qué ser permanente:


“La mente, en su estado natural, es pura, pero está contaminada por factores externos.”

(Pabhasara Sutta)


¡Este es nuestro rayo de esperanza! La mente contaminada (pensamientos, creencias, opiniones y actividades inútiles) no es permanente; puede purificarse y volver a su estado natural.


Comprender la conciencia plena (sati)

Hay mucha información sobre la atención plena (mindfulness). Una búsqueda rápida en Google revela un sinfín de sitios web, artículos, libros, podcasts, canales de YouTube, etc. sobre el tema. Sin embargo, estas fuentes no suelen considerar las enseñanzas originales de Buda sobre la atención plena. En términos generales, la comprensión de la sociedad moderna del concepto se basa en un significado mundano (común). Este malentendido del verdadero significado de la conciencia plena (sati) impone, sin darse cuenta, limitaciones en la eficacia y el potencial de la conciencia plena. Además, sin ningún conocimiento sobre el origen del concepto, surgen más limitaciones, lo que restringe y reutiliza todo el significado de la conciencia plena (sati).


Para obtener un beneficio verdadero de la práctica de la meditación de atención consciente (satipaṭṭhāna), necesitamos una comprensión clara de lo que realmente es la conciencia plena (sati). Desde el punto de vista del creador del concepto, Buda, el significado mundano de la atención plena es como un coche o una bicicleta sin ruedas. En otras palabras, con el significado común de la palabra, falta por completo la base de lo que hace que la conciencia plena (sati) funcione. Ciertamente puede sentarse dentro de un buen vehículo, pero en realidad no se puede ir a ningún lado sin ruedas. Lo mismo es cierto cuando se practica la atención plena (mindfulness) sin ninguna comprensión del propósito o el método.



Aplicación adecuada de la conciencia plena (sati)

A pesar de los alentadores resultados de los estudios actuales de atención plena, la mera integración de la práctica de conciencia plena (sati) no garantiza resultados positivos para todas las personas. Por ejemplo, aquellos que sufren de aflicciones como el trastorno de ansiedad generalizada (GAD), el trastorno depresivo mayor (MDD) o los trastornos bipolares (I y II), a menudo requieren asistencia especializada de proveedores calificados. Puede que un monje solo, incluso uno con mucha experiencia en la práctica de la conciencia plena (sati), no sea una fuente viable cuando se presenta la necesidad de ayuda profesional. En un artículo publicado en 2017 en el Journal for the Association for Psychological Science[1], los investigadores afirmaron lo siguiente:


“Durante las últimas dos décadas, la meditación de atención plena ha pasado de ser un tema marginal de la investigación científica a ser un reemplazo ocasional de la psicoterapia, una herramienta de bienestar corporativo, una práctica educativa ampliamente implementada y 'clave para construir soldados más resilientes'. Sin embargo, el movimiento de atención plena y la evidencia empírica que lo respalda no han estado exentos de críticas. La desinformación y la metodología deficiente asociada con estudios anteriores de atención plena pueden hacer que los consumidores públicos se vean perjudicados, engañados y decepcionados. Al abordar tales preocupaciones, el presente artículo analiza las dificultades de definir la atención plena, delinea el alcance adecuado de la investigación sobre las prácticas de la atención plena y explica cuestiones metodológicas cruciales para interpretar los resultados de las investigaciones de la atención plena.”


Muchos tipos de intervenciones o métodos de terapia están integrando la atención plena; desarrollando diferentes formas de aplicar la atención plena, así como proporcionando distintas definiciones para los métodos. Tal como lo enseñó el Buda, la definición de conciencia plena (sati), el método de práctica y el propósito de la misma es singular. Comprender la conciencia plena (sati), según las enseñanzas de Buda, resolverá cualquier problema con respecto a la determinación de qué es la conciencia plena (sati).


Meta budista de conciencia plena (sati) y metas psicoterapéuticas


¿Cuál es el objetivo de la meditación de atención consciente desde la perspectiva de un practicante budista? El objetivo es entrenar la mente enfocándose en los cuatro enfoques de la atención consciente (cattaro satipaṭṭhānā). Por ejemplo, la respiración para un mejor enfoque, un pensamiento más claro y, en última instancia, el cese de todas las aflicciones mentales, es decir, nirvana. La ciencia incluso ha descubierto que se producen cambios fisiológicos sutiles durante las prácticas de meditación, como una disminución de la frecuencia cardíaca, una presión arterial más baja y una actividad cerebral reducida (en algunas regiones cerebrales). En otras palabras, el cultivo de varios factores mentales saludables como samatha, vipassana o conciencia plena (sati), con el objetivo de “estabilizar internamente” o estabilizar la “mente inestable”, lo que resulta en un estado de quietud y tranquilidad. Pero un practicante budista busca ir más allá de la mera tranquilidad: el practicante pretende comprender la naturaleza de la mente (el organismo en el entorno) en conexión directa con las cosas que condicionan el sufrimiento. El objetivo de la ciencia secular/clínica, y en particular de la psicopatología, termina con los resultados fisiológicos derivados de la atención plena. Este enfoque a menudo utiliza solo un aspecto de la práctica para lograr el objetivo previsto, es decir, la reducción de los síntomas a través de las respuestas fisiológicas producidas por la meditación de atención consciente.

La meditación de atención consciente es contemplativa, lo que significa que es una práctica que emplea o invoca la atención enfocada. El practicante se sumerge profundamente en la observación de los aspectos de la propia experiencia física y mental. En otras palabras, el practicante se familiariza con la propia totalidad de la experiencia. Algunas ciencias psicológicas se han inspirado en las enseñanzas de Buda, pero aíslan solo aspectos particulares de la práctica. Por lo tanto, el objetivo de la meditación de atención plena desde un punto de vista científico no debe confundirse con el objetivo de la meditación de atención consciente (satipaṭṭhāna) de un practicante budista.


Un ejemplo que destaca estas diferencias proviene de un estudio de 2015 en el que se compararon los efectos de la meditación consciente con el uso de varios antidepresivos.[2] El estudio concluyó que la meditación produjo beneficios relacionados con la atención similares a los de la medicación sola. Cuando se compararon los efectos de la meditación de atención plena con la metodología psicológica conocida como terapia conductual cognitiva (TCC), los resultados de la aplicación de la TCC superaron a la meditación de atención plena. Aquí es donde ocurre la confusión entre la ciencia y el budismo: aunque la TCC 'superó' a la meditación de atención plena, los resultados buscados por la ciencia no alcanzan los resultados buscados por un practicante budista. A saber, los resultados desde un punto de vista científico no son concluyentes desde la perspectiva budista.



Además, en un metanálisis de 2019 centrado en los efectos de la terapia cognitiva basada en la atención plena para el tratamiento de los síntomas depresivos actuales, se encontraron tamaños del efecto moderados.[3] Este hallazgo sugiere que este tipo de terapia puede tener una eficacia comparable a otras terapias que suelen ofrecerse para los síntomas depresivos actuales después del tratamiento.


Como resultado de la adopción de ciertos elementos de la meditación budista de consciencia plena, la ciencia ha creado una metodología para el tratamiento de diversos problemas de salud mental. Esta metodología se conoce como terapia basada en mindfulness (Mindfulness Based Therapy, MBT). Etiquetas como esta causan confusión sobre la meditación de atención plena, resultando en la idea de que la meditación budista de conciencia plena es lo mismo que el concepto científico. Por ejemplo, un estudio realizado en 2010 concluyó que MBT era eficaz para mejorar los síntomas de ansiedad y depresión.[4] Dentro de los resultados de este estudio se encuentran las pistas reales para comprender la diferencia entre la meditación de atención consciente (satipaṭṭhāna) desde una perspectiva budista y la ciencia. Mientras que la ciencia busca simplemente aliviar los síntomas, el practicante budista busca erradicar la causa, la raíz de los síntomas. La eficacia de la meditación de atención plena que se ha integrado en las diversas metodologías desarrolladas por la psicología clínica está severamente limitada al tratamiento de los síntomas. Por el contrario, la eficacia de la meditación budista de atención consciente se centra en eliminar la causa/raíz que crea los síntomas en primer lugar. Pero el público en general, e incluso muchos practicantes budistas laicos, simplemente no entienden esto.


Los comienzos


Para entender qué es la meditación de atención plena, primero hay que entender de dónde se originó esta frase. La mayoría de las fuentes web define la meditación de respiración budista como anapanasati (ah-nah-pah-nah-sah-tee), pero esto es realmente una simplificación excesiva. La parte de "atención plena" de la meditación de atención plena proviene de la palabra pali sati (sah-tee). Sin embargo, muchas de las palabras del Buda tienen múltiples significados según el contexto en el que se usan. Sati es una de esas palabras. Puede significar "atención" o puede significar "atención plena". No obstante, en relación con la práctica de la meditación, la palabra sati tiene un significado mucho más profundo y se refiere a la "mentalidad" de uno, en lugar del concepto común de ser consciente, atento o enfocado.



Para participar correctamente en la meditación de atención plena, en el verdadero Ānapānasati/Satipaṭṭhāna, se debe tener una “mentalidad” particular. Esto significa que además de simplemente prestar atención a la respiración, uno se enfoca intencionalmente en las implicaciones morales e inmorales de los pensamientos, palabras, y acciones. Efectivamente, se da origen intencionalmente a una forma de pensar que apunta a eliminar gradualmente la codicia (lobha), la ira (dosa), y la ignorancia (moha) de la mente. Un concepto erróneo común es que se debe eliminar “todos los pensamientos” durante la meditación de atención consciente (satipaṭṭhāna). La clave, de hecho, para sati correcto es ser consciente de los pensamientos negativos y no beneficiosos que manchan nuestra habla y nuestras acciones, y detenerlos a medida que surgen. En otras palabras, el objetivo de la meditación de atención consciente es reemplazar los malos pensamientos (estados mentales) con buenos pensamientos – dirigir la atención hacia las “cosas buenas”, y alejarse (asati) de las “cosas malas”. Esto es lo que se llama mantener la mentalidad sati.


Cuando se dedica a la meditación de atención consciente, el objetivo es doble: la eliminación de los malos pensamientos que surgen (samvara, pahāna) y el cultivo de los buenos pensamientos (bhāvanā, anurakkhana). En las enseñanzas de Buda, estas dos actividades mentales se denominan akusala y kusala, respectivamente. Akusala, o malos pensamientos y acciones morales, causa estrés y sufrimiento. Kusala, o buenos pensamientos y acciones morales, conduce a una mente tranquila en un nivel fundamental. Los pensamientos y actos akusala consistentes, particularmente aquellos que son altamente inmorales, producen consecuencias que pueden resultar en un renacimiento desfavorable.


La palabra anapanasati, de la que se origina el concepto de meditación en la respiración, es una construcción de varias palabras pali. La primera es ana y significa “inhalar”; la segunda, apana, significa “exhalar”. La combinación de estas dos palabras con sati tiene un significado de “aire que entra-sale-mindfulness (atención)”. No obstante, el significado contextual más profundo es que un practicante mantiene su mente pensante en el buen dhamma moral (kusala dhamma), mientras que a la vez identifica y se deshace intencionalmente del mal dhamma moral (akusala dhamma).



Los templos budistas y los centros de meditación no reemplazan los servicios profesionales de salud mental


Como monje budista, me intereso por el sufrimiento de las personas. Me preocupo cuando veo que las acciones y creencias de las personas restringen su comprensión de conceptos espirituales, como la atención plena. Me doy cuenta de que muchas personas creen que si simplemente van al templo, de alguna manera estarán libres de problemas mentales. Los beneficios de las prácticas correctas de conciencia plena (sati) son muchos, pero el uso de métodos alternativos, como la atención plena descontextualizada, para lograr el bienestar mental es, desde una perspectiva budista, limitado.




Desde luego, los beneficios pueden ocurrir, pero los templos budistas no son clínicas de salud mental, ni deben serlo. Claro, hay evidencia documentada que muestra que ser parte de un grupo religioso y asistir a lugares religiosos pueden ayudar con el bienestar general de las personas al proporcionar un sentido de propósito y significado. Incluso se ha demostrado que la religión puede ayudar a las personas que padecen enfermedades físicas, como el cáncer.[5] Pero el bienestar mental no es el único propósito de un templo. Los monjes y los templos no son sustitutos adecuados de las clínicas centradas en el tratamiento de problemas de salud mental.

Cuando se trata de problemas de salud mental, realmente no hay mucho lugar para tratamientos al azar, y usar los conceptos budistas como una alternativa a la ayuda profesional es el uso incorrecto de las enseñanzas de Buda. Sin duda, he visto en otros, y he experimentado personalmente, los efectos beneficiosos que tiene la meditación sobre la salud mental y física. No obstante, también reconozco que estos beneficios no siempre tienen los mismos efectos para las personas con trastornos mentales y, en ocasiones, incluso pueden ser perjudiciales.



Ética y responsabilidades


Sucede que a menudo la gente se emociona y se anima mucho con las enseñanzas de Buda, y esto es algo bueno. Sin embargo, seleccionar solo ciertas enseñanzas, como la atención plena, seleccionadas únicamente en función de su punto de vista, no es la forma de practicar la meditación de atención consciente (satipaṭṭhāna). Puede que la ciencia moderna tenga cosas positivas que decir sobre la atención plena, pero sin una comprensión clara de lo que realmente es la atención consciente y su propósito, el enfoque es incorrecto. Al acercarse a la práctica de la atención consciente sin estos factores, se pierden los verdaderos beneficios.


Está claro que el concepto budista de atención consciente (sati) difiere mucho de los conceptos de atención plena desarrollados por las ciencias psicológicas. Esto nos lleva de vuelta a la frase sabbeputtanjhana umattaka(sah-bay-poo-tan-jah-nah) (oom-ah-tah-kah), mencionada al comienzo de este artículo. Aunque las ciencias psicológicas modernas han obtenido beneficios para los pacientes de salud mental a través de la aplicación de ciertos elementos de la atención consciencia budista, no pueden descubrir el final de todo dukkha(sufrimiento/insatisfacción).

Como monje budista, enseño los conceptos de atención consciente de Buda a los practicantes laicos. Pero, a veces, la gente viene al templo esperando curarse de los trastornos mentales a través de la meditación de atención consciente. A pesar de que la meditación budista de atención plena puede ser efectiva hasta cierto punto para tales personas, a veces el nivel de aflicción mental requiere la ayuda de intervenciones profesionales de salud mental.


Como budistas, tenemos un profundo grado de responsabilidad de enseñar éticamente y dirigir a las personas hacia los métodos más beneficiosos. Por lo tanto, la forma en que promovemos la meditación de atención consciente (satipaṭṭhāna) debe hacerse con honestidad e integridad. Como monjes y practicantes budistas, debemos ser transparentes y directos al enseñar y promover estas prácticas. De igual importancia, sin embargo, es la necesidad de ser compasivos con aquellos con aflicciones mentales.


El Buda nos enseña a ser “kalyana mitta” (kahl-lee-ah-nah) (mee-tah), es decir, alguien que ayuda a otros a progresar. Parte de ser kalyana mitta significa reconocer, con compasión, que algunas personas, además de la meditación de atención consciente, necesitan una intervención médica. Conocer y comprender el concepto correcto de la meditación de atención consciente nos ayudará a ayudar a los demás y a ser un verdadero kalyana mitta.


[1] Van Dam NT, van Vugt MK, Vago DR, et al. Mind the Hype: A Critical Evaluation and Prescriptive Agenda for Research on Mindfulness and Meditation. Perspectives on Psychological Science. 2018;13(1):36-61. doi:10.1177/1745691617709589. [2] Kuyken W, Hayes R, Barrett B, Byng R, Dalgleish T, Kessler D, Lewis G, Watkins E, Brejcha C, Cardy J, Causley, A., Cowderoy, S., Evans, A., Gradinger, F., Kaur, S., Lanham, P., Morant, N., Richards, J., Shah, P., & Sutton, H. (2015). Effectiveness and cost-effectiveness of mindfulness-based cognitive therapy compared with maintenance antidepressant treatment in the prevention of depressive relapse or recurrence (PREVENT): a randomized controlled trial. Lancet, 386 North American Edition (9988), 63–73. https://doi-org.msmc.idm.oclc.org/10.1016/S0140-6736(14)62222-4 [3] Goldberg, S. B., Tucker, R. P., Greene, P. A., Davidson, R. J., Kearney, D. J., & Simpson, T. L. (2019). Mindfulness-based cognitive therapy for the treatment of current depressive symptoms: a meta-analysis. Cognitive Behaviour Therapy, 48(6), 445–462. https://doi-org.msmc.idm.oclc.org/10.1080/16506073.2018.1556330 [4] Hofmann, SG, Sawyer, AT, Witt, AA, & Oh, D. (2010). The Effect of Mindfulness-Based Therapy on Anxiety and Depression: A Meta-Analytic Review. Journal of Consulting & Clinical Psychology, 78 (2), 169–183. https://doi-org.msmc.idm.oclc.org/10.1037/a0018555 [5] Religion, Spirituality, and Physical Health in Cancer Patients: A Meta-Analysis, Heather S. L. Jim PhD,James E. Pustejovsky PhD,Crystal L. Park PhD,Suzanne C. Danhauer PhD,Allen C. Sherman PhD,George Fitchett PhD,Thomas V. Merluzzi PhD,Alexis R. Munoz MPH,Login George MA,Mallory A. Snyder MPH,John M. Salsman PhD. Volume121, Issue21 10 August 2015 https://doi-org.msmc.idm.oclc.org/10.1002/cncr.29353

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