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Foto del escritorAdler Luis Castillo

El Reino de Buda: La doctrina de la Tierra Pura


“Si hay seres que en el pasado han emitido el voto, lo emiten ahora, o en el porvenir emiten el voto de renacer en la Tierra Pura del Buda Amithāba, todos ellos alcanzarán, sin nunca más retornar, el Supremo y Perfecto Despertar”, leemos en el Sutra de Amithāba.


El Budismo de la Tierra Pura, sin lugar a dudas, ha impactado significativamente a Oriente y, en tiempos más recientes, a Occidente, cautivando el imaginario y pensamiento de budistas y no budistas por igual, pues esta forma del Mahāyāna ha sustentado, a través del tiempo, una particular doctrina búdica, una que involucra reinos de ensueño, paraísos que, en esencia, son la culminación de los ideales y aspiraciones budistas; así también, ofreciendo caminos salvíficos prácticos y de una sorprendente facilidad.


Es preciso señalar que el pensamiento de Tierra Pura yace, fundamentalmente, en los llamados “Tres Sutras”, el “Sutra de los Ornamentos de la Tierra de la Felicidad” (Sukhāvatīvyūha Sūtra), el “Libro de la Contemplación de la Vida Infinita” (Amitāyurdhyāna Sūtra) y el “Pequeño Sutra de los Ornamentos de la Tierra de la Felicidad” (Pequeño Sukhāvatīvyūha Sūtra), llamado también “Sutra de Amithāba”; sin embargo, estos no son los únicos discursos, simplemente son los más populares dentro de las escuelas de la Tierra Pura, pues existen más sutras Mahāyāna, así como diversos comentarios, atribuidos a maestros indios como Nāgārjuna y Vasubandhu, que hablan sobre la Tierra Pura del Buda Amitābha.


Los Campos de Buda

Para entender el contexto de ésta tradición es necesario hablar de las Tierras Puras o Campos Búdicos, lugares fuera de la existencia samsárica que pueden ser manifestados por la acción de un Buda y en donde este puede interactuar con los habitantes de dicho reino sutil, esto mediante una emanación a nivel del Saṃbhogakāya, el llamado “cuerpo de emanación luminosa” o “cuerpo de disfrute” que posee un Buda; se dice que aquellos que renacen en alguno de estos reinos puros podrán practicar el Dharma sin ningún impedimento, todo bajo la tutela del Buda que presida aquella tierra, y se podrá permanecer ahí hasta alcanzar la completa iluminación o altos niveles de realización en el sendero del Bodhisattva; todo lo anterior siempre movido por un pensamiento característico del Mahāyana: el deseo de ayudar a los demás seres; sin embargo, existen condiciones que se deben considerar, pues generalmente el acceso a estos reinos sutiles suele ser difícil, ya que se requiere tener un cierto grado de pureza y haber alcanzado algunas realizaciones significativas dentro del sendero del Dharma.


Amitābha

Pero entonces, ¿Quién es el Buda Amitābha, y cuál es la importancia de su Tierra Pura? Para responder ésta pregunta deberemos remitirnos a los sutras Mahāyāna de la Tierra Pura, donde el Buda Shakyamuni expone la existencia de un Buda que mora en una Tierra Pura llamada Sukhāvatī (Suprema Felicidad), la cual se encuentra en dirección al oeste, pasando por incontables mundos y otros Reinos Puros; se dice que la luz del Buda que ahí reside ilumina todas las demás Tierras Puras, aquí es preciso señalar que la luz hace referencia a su Despertar, su omnisciencia, sus cualidades ilimitadas; también se dice que su vida es infinita, en el sentido en el que él puede prolongar indefinidamente su estancia antes de pasar más allá ; su práctica de la Verdad es firme, su compasión es insondable y su acción es inagotable; es llamado el “Buda de la luz infinita” y es reverenciado por todos los Budas y Bodhisattvas.


Empero, antes de devenir en un Buda, Amithāba era conocido como el Bodhisattva Dharmakara, quien generó varios votos profundos, de entre los que destaca el de poder manifestar una Tierra Pura de fácil acceso, para todos aquellos que generan la determinación de renacer en su reino y obraran motivados por tal fin; la esencia de esto puede ser comprendida mejor con la formulación del voto propuesto por Dharmakara, el cual dice:


“Si, convertido en Buda, no renacen en mi Tierra ni en ella alcanzan la Liberación todos aquellos que piensen en mí, no quiero obtener el Perfecto Despertar”


Así pues, los votos de Dharmakara expresan la cúspide de la compasión (karunā) mahayanista, el motor del Bodhisattva, aquella voluntad de liberar a todos los seres de sus aflicciones; se cuenta también que Dharmakara, siguiendo la directriz de sus votos inconmensurables, y después de un gran tiempo de trabajo, por fin llegó a ser un Tathāgata, adquiriendo así el nombre de Amitabhā.

Sukhāvatī

A este punto, ya puede resultar obvio el por qué del interés específico, por parte de los budistas de Tierra Pura, en el Reino de Sukhāvatī; aquella tierra de fácil acceso, libre de las dificultades del Samsara, en donde la Ley (Dharma) puede ser practicada sin interrupción y escuchada de los labios del propio Buda Amitabhā; en los sutras, concretamente en el pequeño sutra de Sukhāvatī, la Tierra de la Felicidad Suprema es descrita por el Buda Shakyamuni como:


“Śāriputra, ¿por qué se conoce a esta tierra como Gozo Supremo?

Porque allí los seres no sufren dolor, sino que gozan de diversos placeres.

Además, Śāriputra, en la Tierra del Gozo Supremo hay siete filas de barandillas, siete filas de redes decorativas, y siete filas de árboles. Todas ellas están hechas de cuatro clases de joyas y se extienden por toda la tierra, por ello se le llama «Gozo Supremo». Además, Śāriputra, en la Tierra del Gozo Supremo hay siete estanques enjoyados, llenos de agua de las ocho excelentes cualidades. Los lechos de los estanques son de polvo de oro, y desde los cuatro extremos de cada estanque nacen escaleras de oro, plata, lapislázuli y cristal. Sobre ellas se alzan pabellones adornados con oro, plata, lapislázuli, cristal, zafiro, perlas rojas, y turmalinas.

En los estanques hay lotos tan grandes como ruedas de carro – los azules irradian una luz azul, los amarillos una luz amarilla, los rojos una luz roja y los blancos una luz blanca. Son maravillosos y fantásticos, fragantes y puros.

Śāriputra, la Tierra del Gozo Supremo está colmada de tal excelencia y esplendor.

Además, Śāriputra, en esa tierra búdica resuena constantemente música celestial. El suelo es de oro. Seis veces durante el día y la noche flores mandarava llueven del cielo. Todos los días, en la serenidad de la mañana temprana, la gente de esa tierra llena sus canastos con flores exquisitas y van a hacer ofrendas a cien mil kotis de budas que moran en los mundos de otras direcciones.

Después regresan para tomar el alimento de la mañana y gozan de un paseo. Śāriputra, la Tierra del Gozo Supremo está colmada de tal excelencia y esplendor.

Además, Śāriputra, en esa tierra siempre hay muchas clases de pájaros raros y maravillosos de distintos colores – gansos, pavos reales, loros, sharis, kalavinkas y jivamjivakas. Seis veces al día los pájaros entonan melodiosos y delicados sonidos que proclaman enseñanzas como las cinco raíces de la bondad, los cinco poderes, las siete prácticas que conducen a la iluminación y el Óctuple Sendero Noble. Escuchándolas, la gente de esa tierra presta atención al Buda, al Dharma, y a la Sangha.”

Por último es conveniente mencionar que el tipo de renacimiento que se presenta en este mundo es del tipo milagroso, pues los seres que ahí renacen, lo hacen apareciendo mágicamente dentro de flores de loto; aquí podemos resaltar el hecho de que, la velocidad de apertura de dichas flores, dependerá de que tanta duda hayas generado respecto a Amithāba y su Reino Puro, siendo a mayor duda, mayor tiempo el que tomará salir del capullo.

Nianfo / Nembutsu

Quizá ahora se pregunten, ¿Cómo entrar en Sukhāvatī? Pues resulta que existen métodos, de una sorprendente facilidad, según es manejado popularmente por las escuelas de la Tierra Pura, tales son las prácticas de recitación del sagrado nombre de Amitabhā, las cuales consisten en recordar al Buda de la Luz Infinita y su Tierra Pura, a la par que se recita su nombre; en las escuelas de Tierra Pura chinas se conoce como Nianfo y la fórmula es Namo Amitofo, o simplemente Amitofo, mientras que en las escuelas japonesas, la práctica se conoce por el nombre de Nembutsu, y la recitación es Namo Amida Butsu; esta práctica, se dice, genera las condiciones para renacer en Sukhāvatī, también es recalcado evitar las acciones no virtuosas y practicar aquellas que sí lo son, como procurar el desarrollo de las paramitas; a este punto es conveniente señalar que otras tradiciones budistas pueden diferir respecto a los medios del cómo ingresar a Sukhāvatī, como puede ser la práctica del vehículo Vajrayāna, dentro de las tradiciones tibetanas, de la transferencia de consciencia, conocida como Phowa.

Las Escuelas de Tierra Pura

La influencia de “Los Tres Sutras”, dentro del pensamiento religioso de Oriente, comenzó a notarse en China hacía finales del siglo IV, con el primer grupo conocido de fieles de la Tierra Pura, la llamada “Sociedad del Loto Blanco”, fundada por Hui Yuan; esto sólo dió paso a la continuación de un gran movimiento espiritual en China, cuyo éxito era debido a la simplicidad de su enseñanza y a la facilidad de su práctica; un Budismo simplificado como éste ofrecía a la población lo necesario para satisfacerlos; prefiriendo así nutrir sus pensamientos con imágenes de Reinos Puros de gozo, en vez de aspirar al ideal abstracto del Nirvāna.

La doctrina de la Tierra Pura también fue difundida en Vietnam, Corea y Japón, en éste último país, la doctrina se ha dividido en cuatro grandes escuelas: Yuzu-Nembutsu, Ji, Jōdo-Shū y Jōdo-Shinshū, esta última dividida en diez ramas.


Por último, he de mencionar que el pensamiento de la Tierra Pura está presente, de uno u otro modo, en todas las ramas del Mahāyāna, aspirando así muchos budistas de diversas escuelas y tradiciones a renacer en Sukhāvatī, demostrando con ello el alcance universalista de esta doctrina.


¡Amitofo!

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